Pegada al estadio de Mestalla, «Kromátika» es obra de David Sánchez, y en su elaboración se han invertido 160.000 euros, unos 100.000 menos que en la gran favorita, la de Convento de Jerusalén, que ha quedado en tercer lugar, y unos 10.000 menos que la segunda, la de la Plaza del Pilar.
El monumento recurre al color para simbolizar una inmensa avalancha cromática de musas y dioses y configurar una enorme figura mitológica. Pero es solo el argumento para, en la base, criticar de qué colores se quedan algunos según en qué situaciones, desde Putin (en un rojo infernal junto al demonio) a las víctimas de la crisis (negro), la prensa (amarilla) o la farándula (rosa).
El máximo galardón en el apartado de Ingenio y Gracia -dentro de la Sección Especial- ha sido para Cuba-Literato Azorín, por delante de Reino de Valencia-Duque de Calabria y Sueca-Literato Azorín.